Problema basado en la necesidad que el sujeto tiene de otras personas en forma de “enganche” a éstas. Dicha necesidad es puramente práctica, instrumental; es decir, el sujeto se considera indefenso y poco capacitado ante la vida y precisa que los demás les saquen las castañas del fuego.

 

Las personas con trastorno de la personalidad por dependencia son muy indecisas porque no saben cuándo van a meter la pata: confían muy poco en sus posibilidades y recurren siempre a los otros para preguntarles cosas, pedirles consejo o rogarles que les acompañen o que hagan gestiones por ellas, por ejemplo.

 

Suele tratarse de gente que ha sido muy sobreprotegida desde pequeños, creando en ellos la sensación de que no saben valérselas por sí mismos, con la lógica indefensión ocasionada. No es menos cierto que la persona con dependencia se aferra cómodamente a su rol y continúa perpetuando esta sobreprotección de los demás, enganchándose a ellos para así afrontar las exigencias de la vida.

 

En este trastorno de la personalidad aparece el miedo en forma de temor al abandono, temor a la soledad no por motivos afectivos, sino por no saber arreglárselas ante las diferentes situaciones. Para evitar este abandono, harán cualquier cosa obedeciendo a sus miedos y a su dependencia.

 

A continuación, reproducimos literalmente los criterios diagnósticos de la clasificación DSM-IV-TR sobre el trastorno de la personalidad por dependencia:

 

Una necesidad general y excesiva de que se ocupen de uno, lo que produce un comportamiento de sumisión y apego y temores de separación, que empieza en el principio de la edad adulta y se encuentra presente en una serie de contextos, tal como lo indican cinco (o más) de los siguientes síntomas:

 

(1)    le es difícil tomar decisiones cotidianas sin una cantidad exagerada de consejo y recomendaciones por parte de los demás

(2)    necesita que otras personas asuman la responsabilidad en las áreas más importantes de su vida

(3)    le es difícil expresar desacuerdo ante otras personas por temor a perder su apoyo o aprobación (nota: no se incluyen los miedos reales al castigo justo)

(4)    se esfuerza en exceso para obtener cuidado y apoyo por parte de los demás, hasta el punto de hacer voluntariamente cosas que le desagradan

(5)    se siente incómodo e indefenso cuando está solo, debido a temores exagerados a ser incapaz de cuidar de sí mismo

(6)    está preocupado de forma poco realista por el temor de que le abandonen y tenga que cuidar de sí mismo

(7)    busca urgentemente otra relación como fuente de cuidado y apoyo cuando termina una relación íntima

(8)    le es difícil iniciar proyectos o hacer cosas por propia iniciativa (debido a una falta de confianza en sus propios juicios o capacidades en vez de a una falta de motivación o energía).

 

 

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