EL TRASTORNO
HISTRIÓNICO DE LA PERSONALIDAD
La gran finalidad de una persona
histriónica es no pasar inadvertida, causar sensación allá por donde
vaya. Depende en exceso de experimentar la vivencia de ser importante,
pareciendo entonces que pueda tener una sólida autoestima, aunque esto
no es así en tanto necesita reafirmarla con sus demandas constantes de
atención. Es como los niños que se portan mal o que hacen "actuaciones"
cantando o bailando con el único fin de atraer la atención de los
adultos.
Efectivamente, los histriónicos están obsesionados
con llamar la atención, hasta el punto de que se encuentran aburridos
cuando están solos y desmoralizados si no consiguen atraer el interés de
los demás. Obviamente, están curtidos en estas artes y se las saben
arreglar para provocar y conseguir sus intenciones: o bien buscan
deliberadamente llamar la atención con sus gestos y forma de vestir
inapropiada o seductora, o bien se muestran exagerados en su forma de
hablar o en sus historias. Son expertos en la teatralidad, en la manera
de convertir un hecho trivial en un acontecimiento enormemente relevante
con sus tergiversaciones. "Inflan" las historias para así ganarse la
atención de los demás, imprimiendo también entonaciones teatrales y una
manera de relatar los hechos muy afectada. Como es lógico, la vida
cotidiana de por sí no tiene los suficientes elementos como para llamar
la atención de los interlocutores, por lo que el histriónico se ve
obligado a distorsionar las cosas bien en su contenido o bien en la
forma de relatarlas.
Estos deseos de ser siempre el centro de interés,
como si estuvieran en un gran escenario a oscuras con un foco
iluminándoles, obedece a un temperamento muy extravertido,
exageradamente sociable, con el que intentan satisfacer necesidades
afectivas muy arraigadas. Atraer la atención de los demás les da una
"vidilla" que les hace sentirse importantes, porque no sólo quieren
ganarse a los otros para que se fijen en ellos, sino que también
utilizan sus recursos para inflar su autoestima, de manera que pueden
hacer creer a los demás que han hecho cosas meritorias o que conocen a
personas famosas, por ejemplo.
Igualmente, una forma de garantizarse el interés de
los demás puede ser, en ocasiones, siendo un auténtico "camaleón", es
decir, siendo de diferentes maneras según las personas con las que
se interactúe. Por ejemplo, con un aficionado a la música clásica, el
histriónico puede
mostrarse un apasionado de la ópera e incluso comprarse algún disco para
escucharlo en casa; cuando hable con alguien que le gusta el vino hará
creer que también es un aficionado a la enología, etc. Esta tendencia
"camaleónica" para ser el foco de interés y ganarse a los demás puede
llegar al extremo de que la persona ya no sepa claramente cómo es y qué
gustos tiene, porque están supeditados a los de los demás; es decir, los
histriónicos son individuos egocéntricos e incluso ególatras, pero que
esconden también grandes inseguridades y que no tienen su autoestima
consolidada, firme.
La necesidad afectiva y de atención que tiene el
histriónico oculta también un gran egoísmo en los casos más importantes.
Al histriónico, normalmente, sólo le importa él y está preocupado por sí
mismo. Es muy sociable y le encanta estar rodeado de gente, pero para
ser el centro de interés y despreocupándose de la vida de los demás. Si
alguien está atravesando un mal momento no tiene gran importancia, salvo
que pueda actuar haciéndose "el imprescindible" con esa persona. Suele
ser también envidioso con aquellos que intentan eclipsarle y competir
con él en su búsqueda de atención.
Estas personas utilizan el sexo y el atractivo físico
para atraer la atención de los demás, sobre todo de la gente del sexo
opuesto (en caso de que el histriónico sea heterosexual, algo que no
tiene por qué ser así como muchas veces vemos en la televisión). Se
creen las personas más atractivas del mundo y no tienen reparos en ser
provocativos e incluso inapropiados, pensando que los demás, realmente,
están locos de deseo hacia ellas, cuando esto no tiene por qué ser así.
A continuación, reproducimos
literalmente los criterios diagnósticos de la clasificación DSM-IV-TR
sobre el trastorno histriónico de la personalidad:
A. Un patrón general de excesiva emotividad y búsqueda
de atención que empieza al principio de la edad adulta y que se da en
diversos contextos, tal como lo indican cinco (o más) de los siguientes
ítems:
(1)
expresa las emociones de manera teatral, exagerada y como si
estuviera representando una escena
(2)
es sugestionable, es decir, es fácilmente influenciable por los
demás o por las circunstancias
(3)
manifiesta una expresión emocional superficial y rápidamente
cambiante
(4)
está incómodo en situaciones en las que no es el centro de la
atención
(5)
la interacción con los demás se caracteriza a menudo por
conductas sexualmente seductoras o provocativas de forma inapropiada
(6)
utiliza constantemente la apariencia física para llamar la
atención
(7)
el estilo del habla es excesivamente impresionista y no incluye
detalles
(8)
considera sus relaciones más íntimas de lo que son en realidad
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