EL TRASTORNO
PARANOIDE DE LA PERSONALIDAD
Las personas
con este problema son enormemente desconfiadas,
siempre piensan que los demás, incluyendo seres
queridos (que cada vez son menos porque huyen
despavoridos), están en su contra. Esto implica
que interpreten injustificadamente ofensas,
burlas, menosprecios, infidelidades, etc.: ante
la duda sobre una intención ajena, un paranoide escogerá la opción más
desfavorable, es decir, aquella que suponga un
ataque del otro. Por ejemplo, si se le dice a
una persona con este problema que lleva una
camisa muy bonita, dicha persona podrá
interpretar que el otro está burlándose y que en el
fondo piensa que es horrorosa. Obviamente, ni el
paranoide más recalcitrante lo malinterpreta
todo, pero en el momento más insospechado (el
entorno suele estar en tensión con estas
personas porque nunca saben cuándo se va a
encender la chispa), sobre todo si el estado de
ánimo del sujeto es negativo, se producirá un
hecho desagradable por el que el individuo
saltará y su interlocutor
intentará, infructuosamente, demostrar su
inocencia.
Como
ya hemos dicho, estas personas se van quedando solas porque los demás no
soportan sus continuos reproches y su hostilidad. Su desconfianza se
hace muy palpable en el terreno de las relaciones de pareja, donde
destacan sus celos injustificados y completamente enfermizos. Un
paranoide puede acusar a su mujer de que va a cometer una infidelidad
simplemente por ponerse colonia para salir a la calle.
Estos individuos viven en un estado de amargura y frustración
constantes, del que culpan a los demás por sus continuas agresiones
-siempre según su distorsionado punto de vista-. A medida que se sienten
más solos, más hostiles y huraños se tornan, con lo que se produce un
círculo vicioso por el que todavía reprochan más a los otros su
situación y, en consecuencia, los demás se alejan en mayor medida. No
sólo los paranoides están frustrados afectivamente -sobre todo, por ser
ellos tan hostiles y espantar a los demás-, sino que también sienten
rabia porque les gustaría destacar, despuntar mucho por encima de la
gente. Esto es debido a un proceso de desapego o desvinculación afectiva
fruto de sentir a los demás como enemigos: dicho de otra forma, sería
como pensar que ellos no necesitan a nadie porque valen mucho más, y que
además se van a vengar de los
otros por haberles perjudicado tanto.
A continuación, reproducimos
literalmente los criterios diagnósticos de la clasificación DSM-IV-TR
sobre el trastorno paranoide de la personalidad:
A. Desconfianza y suspicacia general desde el inicio de
la edad adulta, de forma que las intenciones de los demás son
interpretadas como maliciosas, que aparecen en diversos contextos, como
lo indican cuatro (o más) de los siguientes puntos:
(1)
sospechan, sin base suficiente, que los demás se van a aprovechar
de ellos, les van a hacer daño o les van a engañar
(2)
preocupación por dudas no justificadas acerca de la lealtad o la
fidelidad de los amigos y socios
(3)
reticencia a confiar en los demás por temor injustificado a que
la información que compartan vaya a ser utilizada en su contra
(4)
en las observaciones o los hechos más inocentes vislumbra
significados ocultos que son degradantes o amenazadores
(5)
alberga rencores durante mucho tiempo, por ejemplo, no olvida los
insultos, injurias o desprecios
(6)
percibe ataques a su persona o a su reputación que no son
aparentes para los demás y está predispuesto a reaccionar con ira o a
contraatacar
(7)
sospecha repetida e injustificadamente que su cónyuge o su pareja
le es infiel
B. Estas características no aparecen exclusivamente en
el transcurso de una esquizofrenia, un trastorno del estado de ánimo con
síntomas psicóticos u otro trastorno psicótico y no son debidas a los
efectos fisiológicos directos de una enfermedad médica.
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